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Un pinero devenido en artemiseño, pero 100% comunicador
Toshi Rigoberto Serrano Tsuhako, lleva más de 25 años en el sector de las comunicaciones. Pinero de nacimiento, artemiseño por adopción y con profundas raíces japonesas, conversa sobre su trayectoria como estudiante y como profesional, y en todo momento se hace sentir su profunda pasión por su profesión.
“Empecé adelantado en la escuela y como era el más chiquito uno tiene que sobreponerse”, cuenta evocando sus primeros años de niñez en la Isla de la Juventud, donde practicó deportes, como el tenis de campo, que lo acompañaría hasta sus años universitarios. Por casualidades de la vida, esta práctica deportiva lo llevó a conocer a Pedro Javier Díaz Saenz, colega hoy de la División Territorial de Artemisa, quien como Toshi recibe en estos días la medalla por los 25 años en el sector.
Desde muy jovencito, Toshi se alejó de su hogar en La Isla para cursar el preuniversitario en la Lenin y posteriormente, la universidad en la CUJAE donde se graduó con honores de Ingeniero en Telecomunicaciones, tras un paso por esa casa de altos estudios con muy buenos resultados, donde llegó a ser en tres ocasiones vanguardia nacional de la FEU.
Por decisión propia comienza a realizar su adiestramiento en La Isla, en la Empresa de Servicios Informáticos. “Yo tenía esa ambición de inventar, de crear, de cambiar las cosas, de aportar al desarrollo del país, sobre todo en la Isla de la Juventud, yo tenía ese sueño un tanto romántico, es por eso que me decido por esta opción en lugar de ETECSA”. De su paso por esta entidad recuerda con orgullo logros en la automatización de entidades en La Isla como Correos de Cuba, Empresa Eléctrica, el sistema de bombeo de agua, entre otras.
En el año 2000 tras un riguroso proceso de selección es contratado por Cubacel en La Isla de la Juventud, donde tuvo la oportunidad de desarrollarse en roles tanto de comercial como de operaciones, que incluía el de desafiar la altura de la radiobase instalada en aquella época, como torrero. Tras la fusión de CCOM, Cubacel y ETECSA, pasa a ser plantilla de esta última en la filial de Servicios Móviles. “Recuerdo como un logro importante de esa época, el haber podido brindarles conectividad a mis clientes tras el paso del huracán Michel, con una solución similar a lo que hoy se conoce como telefonía fija alternativa”. Personalidades como Alexander Leyva Machado, Kcho, pinero también, fue beneficiado en aquellos días por la iniciativa y prontitud en las soluciones de Toshi como especialista de la móvil, ganándose por parte de Kcho el sobrenombre del El Gran Toshi, merecido por su ingenio y compromiso. En esa época, además, obtuvo el reconocimiento por ser el primer territorio en cumplir con la meta asignada en la instalación de servicios de telefonía fija alternativa, en un afán de reducir con comunicación, la distancia que separa a La Isla del resto del país.
En 2008 es seleccionado como director territorial en la Isla de la Juventud, tras el paso del entonces director a otras funciones dentro del ministerio. Por azares de la vida, llegó a ocupar un cargo que se alejaba un tanto de sus sueños como profesional, pero que le dejó también muchas satisfacciones y logros en su carrera. Fue testigo de un hito importante para las comunicaciones en Cuba, el enlace de la Isla con el resto del país a través de la fibra óptica. Otro momento significativo lo constituyó el paso de la administración de Cayo Largo del Sur desde Matanzas a La Isla, hitos que marcaron su carrera profesional.
El proyecto de fibra óptica marcó a Toshi en su carrera no sólo por su magnitud sino porque lo tuvo que asumir en un momento difícil, donde apenas comenzaba en el cargo de director territorial. “En una de las últimas visitas del entonces presidente de ETECSA Maimir Mesa, al acompañarlo hasta el helicóptero que lo regresaría a La Habana me dijo: ¿Estas Listo? Y le respondí, no jefe, estoy dispuesto”.
Recuerda como prueba de fuego el paso del huracán Gustav por la Isla, fue la primera vez que el municipio especial no quedó incomunicado. “Recuerdo cuando pasó todo que veo la torre tumbada, todos los árboles caídos, yo sólo frente a ese desastre, de espaldas al edificio de ETECSA y de frente al desolador paisaje, en ese momento se me aguaron los ojos, y me dije ¿que yo hago? Pero inmediatamente recibí el apoyo de la directiva de la empresa y colegas de otros territorios que nos ayudaron a recuperarnos. Fue una experiencia que me aportó muchísimo y me hizo aprender, fue una escuela.” Ese mismo año en el Coloquio de Valores, como una iniciativa nacida de la experiencia vivida, Toshi propone agregar como valores que nos unen como trabajadores a la Solidaridad y el Altruismo.
Cuando Toshi habla de sus años en La Isla todavía se percibe su amor y su sentido de pertenencia por ese pequeño terruño. Llegó a Artemisa a causa del amor, aquí ha formado una familia en lo personal y ha ganado también un colectivo de trabajadores que lo admira y lo respeta. En Artemisa en los primeros años se desempeñó como jefe de la Oficina de Atención a Empresas en el año 2012 y hasta el 2023, donde asumió el cargo de jefe de Departamento Comercial.
Su carácter sumamente sensible hace que su mayor temor sea que las personas se sientan mal en torno a él, y su mayor satisfacción es lograr un colectivo de trabajo unido, entusiasta, motivado. “Mi mayor sueño es vivir en paz, en armonía, que mi familia se sienta feliz, y todo lo que pueda hacer en función de eso, hacerlo”.
Equilibrar su vida personal con el trabajo no es fácil, actualmente Toshi comparte su vida con su esposa, ya los hijos han tomado su propio camino, admite que siente orgullo en haber logrado que su hijo de sangre y los dos hijos de su esposa, que también ha hecho suyos, se hayan desarrollado como profesionales. Su voz se quiebra cuando habla de sus hijos, siente un profundo sentimiento por ellos.
“Desearía que las personas fueran menos egoístas, más solidarias, más altruistas. Si todas las personas tuvieran siempre presentes ser así en todos los ámbitos, el mundo fuera mejor”.
Toshi, de La Isla, de Artemisa también, tiene raíces de la tierra de Okinawa, isla del Pacífico que pertenece a Japón. Encuentra a sus ancestros en muchos rasgos de su carácter, en su disciplina, su paciencia, su carácter analítico. Siente orgullo por esa familia que emigró a Cuba con sueños de una vida mejor, con un espíritu de lucha y emprendimiento.
Ya son 25 años de vida entregada a las comunicaciones. Logros y éxitos cosechados a base de sacrificio y también de pérdida de otras cosas. Toshi, la persona sumamente sencilla, el que no concebía aceptar propinas cuando fue comercial, el que no puede pasar sin dar “botella” al que lo necesite. Ese es él, un pinero devenido en artemiseño, pero 100% comunicador.