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Nuestro museo y sus colaboradores
Con motivo del décimo octavo aniversario de nuestro Museo de las Telecomunicaciones y del Día Internacional de los Museos nos hemos querido aproximar a uno de los más fieles colaboradores, el MSc. Lázaro Numa Águila, trabajador de nuestra empresa.
Dos motivos nos llevaron a este encuentro, reconocer el hecho de que la entidad fue seleccionada como sede de la conmemoración en el Municipio Centro Habana y saber las impresiones de un hombre que de forma anónima realiza una labor que casi siempre se pasa por alto.
Elisa Alfaro (EA): ¿Qué tiempo llevas colaborando con el museo y por qué lo haces?
Lázaro Numa (LN)Toda mi vida laboral se la he dedicado a las telecomunicaciones. Trabajo en Águila y Dragones desde antes de que se fundara ETECSA y puse mis manos sobre muchas de las tecnologías que hoy se encuentran expuestas en el museo.
Soy de las primeras personas que se vinculó como colaborador, aún estaba en proceso constructivo. Recuerdo a un grupo de compañeros buscando piezas que pudieran conformar la colección.
Un día Roche me preguntó: ¿Numa, qué pieza crees que se pueda utilizar como objeto museable? No lo pensé un segundo y le respondí: El Master. Sabía que la dinámica de los nuevos tiempos que corrían lo llevaría a verse como algo viejo y terminaría en cualquier rincón.
Aún recuerdo su cara en el momento que lo puse frente al viejo reloj y le expliqué de lo que se trataba. Luego intenté que se rescatara la colección de trofeos y reconocimientos del club de béisbol Teléfonos, que llevaba años en vitrinas en el local del sindicato en Águila y Barcelona.
El Master bajó de su añejo lugar en solo una semana, se le practicó un mantenimiento profundo y en el momento en que el museo se inauguró estaba instalado, trabajando y restituidas sus funciones de manera local, hasta sincronizaba al reloj del lobby de Águila y Dragones.
Nunca he dejado de colaborar con el museo, he impartido clases, aconsejado sobre la colección, he realizado propuestas para incluir nuevas piezas y un largo etc. Desde hace mucho tiempo tengo un sueño, lograr traer una cabina telefónica de las que usaba la policía y ponerla en servicio en el museo, en poco tiempo desaparecerán, ya están siendo objeto de hechos vandálicos, si no logramos preservar alguna, no quedará un ejemplar para poder hacer la historia.
EA: ¿Qué importancia tiene que nuestro museo sea la sede de la actividad conmemorativa por el Día Internacional de los Museos en la localidad?
LN: Un museo no es un cuarto de desahogo para guardar trastos viejos. Es un almacén de historias, un libro abierto para las generaciones presentes y futuras, un ente vivo que está en constante evolución. Su función es la gestión e interpretación del patrimonio. Quien no sabe de dónde viene, no conocerá jamás quién es y difícilmente pueda comprender hacia dónde debe encaminar su destino.
Nuestro museo está enclavado dentro de otro gran museo, el municipio Centro Habana. Aunque no lo parezca, el territorio posee un sentido de pertenencia enorme, el centro habanero vive y late con su localidad, es fruto y consecuencia de su devenir histórico.
Hasta hace muy poco tiempo el Telepunto estaba en área aledañas al museo y un mar de personas, mientras esperaba para cualquier trámite, disfrutaba de nuestra sala expositiva. Esto fue importante, hay que recordar que el municipio es el de mayor densidad de población del país, las personas se identificaron con él y con el emblemático edificio de Águila y Dragones, que tiene grado uno desde el punto de vista patrimonial, esto son cosas que influyen en su visualidad y reconocimiento.
También se desarrolló un amplio trabajo con las escuelas aledañas, recuerdo a Ian Chaviano haciendo coordinaciones con las secundarias del territorio. Se crearon círculos de interés, se abrieron las puertas a los adultos mayores y se realizaban actividades culturales variadas que motivaban mucho a los vecinos.
Una de mis colaboraciones más importantes ha sido establecer los vínculos del museo con las entidades de cultura del municipio. Poco a poco pude traer a directores de museos y directivos de patrimonio. Entre todos logramos crear un aula adjunta y capacitar a los promotores culturales del territorio. En coordinación con el Instituto de Historia de Cuba, las áreas del museo acogieron las discusiones de algunas tesis de maestrías. La lista de actividades y coordinaciones entre el museo y las entidades de patrimonio e historia del municipio es extensa.
Lo importante de todo esto es que, con luces y sombras, el Museo de las Telecomunicaciones se ha ido ganando un lugar dentro de las entidades patrimoniales del municipio y es hoy reconocido por la población.
La celebración del Día Internacional del Museo aquí no es una regalía, es consecuencia de un duro bregar, de un trabajo en silencio, pero consecuente, muchas veces solos, pero con grandes deseos. La importancia que yo le veo al evento es que representa el reconocimiento de los que se dedican a la gestión e interpretación del patrimonio, al trabajo desplegado, pero sobre todo al esfuerzo realizado.
EA: Háblanos de su colección, ¿qué piezas son de tu preferencia?
LN: La colección hay que verla de manera integral, no es solo la que se encuentra en vitrinas, es también la que está en depósito, que es mucho mayor. Es preciso entender la necesidad de su preservación y mantenimiento. Es hora ya de hacer crecer la muestra expuesta y, sobre todo, hacerlo bajo el principio de la interactividad. Cada pieza que se incorpore debe estar en perfecto estado y trabajando. Hay que acabar de concretar nuevas salas, existen reservas para ello y espacios disponibles.
Pocos saben en la empresa que nuestro museo es uno de los tres que existen en el país dedicados al patrimonio industrial. También desconocen que es – quizás – el único interactivo dentro del género patrimonial en Cuba y por investigaciones que he realizado, uno de los pocos en el mundo, no es un museo de vitrinas. De esto se puede deducir el valor de su colección.
El museo puede llegar a ser un eslabón importante dentro de las fuentes de ingresos de nuestra empresa, se debe pensar seriamente en ello. También ya es hora de abrir nuevamente sus puertas, hay que hacer entender esta necesidad.
EA: ¿Cuánto más crees que nuestro museo pueda aportar al desarrollo patrimonial de Centro Habana?
LN: Hacer un cálculo de eso sería imposible, estimo que las posibilidades son infinitas, de lo que sí estoy convencido es de que él es hoy un lugar importante en la ciudad. Para el municipio lo es mucho más, porque es un valor cultural agregado a su identidad. En la medida que le aportemos, recibiremos de él y lo digo con propiedad, más allá de ser un trabajador fundador de ETECSA, de ser también historiador y sociólogo, soy un centro habanero que conoce como piensan y actúan sus vecinos de la empresa y de su museo.
EA: Gracias por dedicarnos algo de su tiempo, queremos felicitarlo en este día por su labor como colaborador incansable.